Era el mes de mayo de 1947 tras finalizar la guerra, decenas de los V-2 capturados en Alemania fueron trasladados a bases de los EE.UU. para ser investigados y mejorados, bajo la supervisión del ingeniero Wernher von Braun que los había desarrollado originalmente. En una de esas pruebas se lanzó una V-2 desde Fort Bliss, muy cerca de la frontera. Para sorpresa de los técnicos, el V-2 erró su trayectoria y en vez de ir hacia el norte comenzó a dirigirse peligrosamente hacia el sur, a México. Como no tenía carga explosiva, hubiera sido un error intentar autodestruirlo: el combustible hubiera provocado un gran incendio en el punto de impacto, así que lo dejaron caer tras consumirse. Impactó a unos 3 Km de Ciudad Juárez, sin causar víctimas, pero dejando un cráter de diez metros de profundidad.
El incidente tuvo graves implicaciones diplomáticas, pero como no hubo daños a las personas, todo se resolvió con unas disculpas… y una cuantiosa compensación económica por parte de los Estados Unidos.