Había una vez una persona que vivía al lado de una carretera donde vendía unas ricas albóndigas con pan.
Estaba muy ocupado y por lo tanto no oía radio, no leía los periódicos ni veía la televisión.
Alquiló un trozo de terreno, colocó una gran valla y anunció su mercancía gritando a todo pulmón:
"Compren deliciosas albóndigas calientes".
Y la gente se las compraba. Aumentó la adquisición de pan y carne.
Compró un terreno más grande para poder ocuparse de su negocio, y trabajó tanto que dispuso que su hijo dejara
la Universidad donde estudiaba Ciencias Comerciales a fin de que le ayudara.
Sin embargo, ocurrió algo muy importante; su hijo le dijo:
"Viejo, ¿tú no escuchas la radio, ni lees los periódicos... ?. Estamos sufriendo una grave crisis!. La situación es realmente mala; peor no podría estar!!".
El padre pensó: "Mi hijo estudia en la Universidad, lee los diarios, ve televisión y escucha la radio. Debe saber mejor que yo lo que está pasando..."
Compró entonces menos pan y menos carne. Sacó la valla anunciadora, dejo el alquiler del terreno con el fin de eliminar los gastos y ya no anunció sus ricas albóndigas con pan. Y las ventas fueron disminuyendo cada día más.
"Tenías razón hijo mío", le dijo al muchacho.
"Verdaderamente estamos sufriendo una gran crisis".